WASHINGTON.- El secretario de Defensa
de Estados Unidos, Jim Mattis, condenó al presidente socialista de
Venezuela, Nicolás Maduro, al calificarlo como un déspota que lleva a su
nación rica en petróleo a la ruina y agregó que “en última instancia
este régimen tendrá que irse” para que la situación mejore.
Sin embargo, Mattis no sugirió ningún papel de Estados Unidos en
dicho proceso y dijo en un foro de seguridad en California: “Depende del
pueblo venezolano, depende de los estados regionales en esa área ayudar
a acelerar ese proceso y llevar a ese país a un futuro más próspero y
positivo”.
Más de 3 millones de venezolanos han huido del país sudamericano en
los últimos años, expulsados por la brutal escasez de alimentos y
medicamentos, la hiperinflación y los delitos violentos.
Washington ha impuesto sanciones a Venezuela en medio de denuncias
contra Maduro y funcionarios de su gobierno por violar los derechos
humanos y desencadenar una crisis económica.
“Esto es lo que sucede cuando tienes a un déspota irresponsable que
está llevando a un país a la ruina. Y creo que lo que deberíamos hacer
es trabajar por, con y a través de nuestros aliados latinoamericanos
para estabilizar esta situación”, dijo Mattis al Foro de Defensa
Nacional Reagan.
El Comfort, un buque hospital de la Marina de Estados Unidos, está
tratando a refugiados venezolanos en una gira por América Latina que
incluye paradas en la vecina Colombia, destacó Mattis.
“Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo diplomático y a través de la
ayuda humanitaria. Pero en última instancia, este régimen tendrá que
irse”, enfatizó.
Naciones Unidas (ONU) prometió el lunes 9,2 millones de dólares en
ayuda para Venezuela, donde el hambre y las enfermedades prevenibles
están aumentando debido a la escasez de alimentos y medicamentos. Maduro
atribuye los problemas del país a las sanciones estadounidenses y a una
“guerra económica” liderada por adversarios políticos.
Críticos del gobierno celebraron el compromiso de la ONU como un
reconocimiento por parte de las autoridades venezolanas de que el país
enfrenta una crisis humanitaria, algo que Maduro ha negado en el pasado,
y un paso hacia el tratamiento de una población privada de servicios
básicos.
Pero a algunos les preocupa que los fondos puedan alimentar la
corrupción del gobernante Partido Socialista, que quedó al descubierto a
principios de este mes cuando un extesorero venezolano dijo a los
fiscales estadounidenses que recibió sobornos por 1.000 millones de
dólares..........Fuente:Almomento.net
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