Bogotá/Jenny Carolina González C/especial para edlp — La crisis diplomática con Venezuela tiene atrapada a varias familias en el peor drama de sus vidas y en una situación en las que se consideran “chivos expiatorios”.
Hasta el 19 de marzo de este año Milena Bedoya llevaba una vida normal en Medellín. Como estudiante asistía a la universidad, gracias al apoyo económico de su mamá, Cruz Elva Giraldo, quien tenía una heladería en el estado de Barinas en Venezuela.
Una foto turística tomada por casualidad a una antena de un radar, le cambió el rumbo a su vida. El Gobierno bolivariano consideró que uno de sus familiares, autores de la imagen, estaban planeando un atentado contra la infraestructura, por lo que fueron apresados ocho miembros de su familia, incluida su mama.
“La vida nos ha cambiado mucho, dejé de estudiar y ahora me estoy dedicando a buscar su libertad”, le explico Milena a EL DIARIO/LA PRENSA.
A la fecha no es clara la situación jurídica de sus familiares y Bedoya tiene claro que ni siquiera vale la pena contratar un abogado. “Tenemos miedo de que empiecen a buscar gente para crear pruebas falsas, es muy difícil garantizar allá un debido proceso”, explicó.
Por esto, su labor se ha enfocado en movilizar organismos internacionales para que aboguen por la libertad de sus allegados y tener confianza en las gestiones del Gobierno Nacional, quien a través de varios pronunciamientos ha rechazado la detenciones y le solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos adoptar medidas para proteger la vida y los derechos de los colombianos y ponerle freno a lo que llamó “sistemática estigmatización”.
Además lanzó una alerta para que los colombiano se abstengan de viajar a ese país, lo que Chávez calificó de “una canallada”, por esto los familiares de los retenidos se siente en medio de un cruce de declaraciones, donde no hay nada claro para ellas.
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