lunes, 29 de febrero de 2016

Grilletes electrónicos, listos para monitorear a imputados.

El sistema de justicia dominicano ya cuenta con los mecanismos para empezar a aplicar el sistema de monitoreo por brazaletes electrónicos.
Desde el primero de marzo, la empresa Fennix Global Technologies (Monitoreo), ya instalada en el país y con una disponibilidad inicial de 500 grilletes, podrá instalarlos a todo procesado que los jueces y el Ministerio Público entiendan que cumple con las condiciones para ser favorecido con esa medida.
Los brazaletes son una opción de medida de coerción que dispone el Código Procesal Penal (CPP) en su artículo 226, que establece que luego de escuchar las razones, el juez puede imponer como medida “la colocación de localizadores electrónicos, sin que pueda mediar violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado” (acápite 5).
Sin embargo, como explica Maura Martínez, secretaria general del Consejo del Ministerio Público, por falta de una empresa que ofertara el servicio bajo los parámetros de seguridad requeridos, no se había podido implementar.
Una resolución del Consejo del Ministerio Público, de mayo del 2014, aprobó el “Reglamento para la Habilitación de Prestadoras del Servicio de Monitoreo Electrónico mediante la colocación de localizadores electrónicos”, tras el cual, las empresas interesadas podrían presentar sus propuestas para obtener la licencia y brindar el servicio.
Desde entonces, tres compañías se han registrado en la Procuraduría con esos fines, de las que solo una obtuvo la licencia el pasado 22 de enero.
Cómo funciona?
Los ejecutivos de la empresa Fennix Global Technologies no permiten que los fotografíen y mucho menos que sus nombres se hagan públicos. Es un asunto de seguridad, explican, pues el servicio que ofrecen implica tratar con personas que están siendo o fueron juzgadas en los tribunales. Pero sí están abiertos para explicar la forma cómo funcionarán los grilletes.
Los favorecidos usarán en sus tobillos el dispositivo electrónico, que es un dispositivo 100 por ciento hipoalergénico, con correa de fibra óptica. Consta de varios sensores y, si alguien intenta violentarlo, inmediatamente emite una alerta y se activa el sistema de respuesta.
En la casa del beneficiario se instala un módulo de radio frecuencia que emite una señal, prueba de que la persona está en el lugar. En caso de que se desconecte, el módulo también emite una señal.
Las informaciones son almacenadas en el centro de datos. La empresa trabajará con cuatro centros de monitoreo en el país, uno que funciona en el Distrito Nacional, otro en Santo Domingo Este, uno en Santiago y el otro en Higüey. Los ejecutivos de Monitoreo se ufanan de que son la única empresa en el mundo que funciona con cuatro centros de monitoreo de redundancia.
Desde esos centros, que podrán expandirse, según las necesidades del país, se hará la instalación y desinstalación de los brazaletes, y personal del Ministerio Público participará constantemente en la vigilancia.
Los ejecutivos de Fennix dicen que, para garantizar el servicio constante, la empresa llegó a una alianza con una empresa telefónica que le facilitó un sistema de canales de comunicación directo entre sus dispositivos. Además, usan dos sistemas satelitales: el GPS, del Departamento de Defensa de los Estados Unidos; y Glonass, del Departamento de Defensa de Rusia, consiguiendo así una triangulación con los grilletes cada 15 segundos, sin importar el lugar del país donde se encuentre el portador.
Requisitos
Para poder ofertar su servicio de localizadores electrónicos, las empresas interesadas deberán, entre otras cosas, estar constituidas legalmente, con un capital autorizado no menor de RD$15,000,000,00.
Demostrar que cuentan con la logística necesaria para emitir alarma ante violaciones del imputado.
Tener un mínimo de 500 localizadores electrónicos.
Contar con personal de seguridad que responda a las urgencias que se puedan derivar en la supervisión del imputado.
Contar con sistemas tecnológicos que permita al Ministerio Público tener información en tiempo real sobre la ubicación del imputado.
El imputado paga por adelantado
El imputado paga por adelantado
Además de contar con la buena suerte de que el juez le favorezca con la medida, el imputado que aspire al grillete tendrá que disponer de una suma de unos US$3,200, o su equivalente en pesos, unos RD$146,000 a la tasa actual.
El uso del aparato le cuesta mensualmente US$450.00 más ITBIS al imputado, que debe pagar seis meses por adelantado, además de un depósito reembolsable de otros US$500.00. Estos recursos deberán entregarse en un solo pago a través del Banco de Reservas y el BHD. El servicio se da mediante contrato entre la compañía y el imputado, del que queda fuera el Ministerio Público.
Los representantes de Fennix justifican el precio de cada uno de esos aparatos cuesta US$2,000.00, y para ponerlos a funcionar en el país hicieron una inversión superior a los US$5,000,000.00.
También han realizado cálculos del dinero que se puede pagar en cárceles como La Victoria para conseguir ciertos espacios, además de riesgos de violencia al que se enfrenta la persona. Por ello, no dudan que podrán instalar unos 2000 brazaletes en un año. Según estudios en otros países, estiman que entre el 10% y 15% de la población carcelaria aplica para estas medidas.
La población penitenciaria en el país era, hasta el 16 de febrero pasado, de 24,898 personas, de las que 15,162 (60.0%) son preventivos, y 9,736 (39.1%) están condenados, según las estadísticas de la Dirección General de Prisiones......Fuente:Diariolibre.com/Por:Tania Molina

lunes, 22 de febrero de 2016

¿En qué lugar del cerebro se encuentra la estupidez?

Suena casi como un contrasentido, pero no lo es: para reconocer la estupidez hay que ser inteligente. No existe otro camino, otra vía, que la razón y la lógica para al menos aproximarse a una noción del ser estúpido.
Es como los viejos dilemas que definen algo en relación con su antagonista: ¿es la luz ausencia de oscuridad?, ¿o es la oscuridad ausencia de luz? “Sí, pero no”, sería la respuesta para este caso, respuesta que se oye estúpida pero no lo es tanto, en especial cuando nos damos cuenta de que si bien la falta de inteligencia en el actuar suele relacionarse con la estupidez, no toda falta de inteligencia es estupidez. ¿Acaso decimos que los animales son estúpidos? Pues no. No es tan simple.
Estamos tan ocupados con nuestra inteligencia que rara vez nos detenemos a pensar en la estupidez. Ese parece ser el fundamento que llevó a la Personería de Bogotá a organizar, en conjunto con la Universidad Externado de Colombia y la Universidad Nacional, el foro ‘La estupidez, una reflexión urgente’, que convocó a intelectuales y personalidades destacadas en diversas áreas de la cultura para deliberar al respecto.
Una primera conclusión: no existe una definición, ni es posible aún una categorización de la estupidez. No hablamos de ella ni la medimos como puede medirse la violencia, por ejemplo, con tasas de homicidios, número de guerras y conflictos, y toda suerte de estadísticas y registros que se derivan de ella.
Gilles Lipovetsky, el destacado filósofo francés que ha analizado las transformaciones de lo que él llama ‘hipermodernidad’ –una era atravesada por el consumismo, el narcisismo y la prelación de lo individual sobre lo colectivo–, considera que “si entramos en un inventario de cosas estúpidas, se puede decir todo y nada. El niño que hace una tontería, la mujer que actúa impulsivamente sin medir las consecuencias, el conductor borracho… La estupidez está por doquier, pero ese enfoque no es interesante porque definir la estupidez con un listado no es mucho lo que explica y puede ser una conversación cualquiera en la esquina del barrio”.
¿Qué podría ser la estupidez, entonces? ¿Cómo acercarse a una explicación? El escritor William Ospina cree que “se trata más bien de asomarse a los abismos de la incoherencia, de la falta de lógica o la falta de consecuencia que caracterizan a todos los seres humanos. Sí, la estupidez forma parte de la condición humana”.

Ni generalizar ni extremos

Lipovetsky encuentra estupidez, por ejemplo, en el hecho de asegurar que el consumismo es condenable, que ha embrutecido a la gente y la ha llevado a perder el sentido de la vida. “Al embarcarse en posiciones como ésta, se olvida que el consumismo trae muchas cosas positivas también: puestos de trabajo, mayor bienestar, desarrollo de la ciencia y el conocimiento, democratización de la cultura, etc.
“Por otra parte, decir que consumir da la felicidad absoluta también es estúpido, y para demostrarlo están las estadísticas de suicidio y depresión de las grandes economías. El consumismo tiene muchos vicios, pero no solamente vicios. Así que cuando ya no vemos dónde paran las cosas, cuando dejamos de ver los límites de nuestras posturas individuales, se vuelven estúpidas y exageradas”.
Por eso, sugiere el pensador francés, la intelectualidad misma ha incurrido en imprecisiones mayúsculas, muchas veces ancladas en generalizaciones poco rigurosas, a lo que Ospina aporta: “Hay cierto matiz de arrogancia intelectual en el afán de descalificar como estupidez los actos de los otros. Son muchas las cosas que hacemos y decimos que ni son lógicas, ni son razonables, ni son útiles, ni son provechosas para el mundo ni nosotros mismos. La estupidez anda por ahí regadita entre todo eso”.
¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de lanzar palabras contra alguien en un momento de ira? ¿Cuántas veces hemos fumado después de prometer dejar de hacerlo? ¿Cuántas veces hemos reincidido en conductas que sabemos que no son inteligentes? Para el doctor Miguel Eduardo Martínez, coordinador de la Maestría de Fisiología de la Universidad Nacional y experto en neurociencia, “hoy no podemos desligar la inteligencia racional de la emocional. La inteligencia humana está animada por las emociones, pero cuando hablamos de estupidez casi siempre tenemos en cuenta únicamente el juicio racional”.
¿Pero existe un lugar del cerebro en el que se aloje la estupidez? ¿Un centro que se active y nos haga actuar mal? “No –precisa Martínez–. Michael Gazzaniga, de la Universidad de California (Estados Unidos), habla de unos módulos cerebrales que básicamente nos sirven para todo, tanto para la socialización y la emoción, como para la toma de decisiones y la planeación. La neurociencia contemporánea estudia solamente los aspectos positivos y no aspectos negativos como la estupidez.
“Incluso si se estudiara, no creo que vayamos a encontrar ni el núcleo de la estupidez, ni las neuronas de la estupidez, sino probablemente lo que vamos a hallar es que tanto en una como en otra (inteligencia y estupidez) participan los mismos módulos, tal y como lo plantea Gazzaniga. Si analizamos una reacción de ira veremos que está conectada con una disposición biológica, fisiológica, que también es cerebral, que tiene un valor adaptativo y que en el contexto inadecuado puede ser vista como algo estúpido”.
No obstante, en la medicina sí hay explicaciones precisas para definir niveles de menor inteligencia. El doctor Martínez señala que existen deficiencias cognitivas que pueden estar ligadas al desarrollo del sistema nervioso, congénitas, alteraciones en la bioquímica del cerebro y en su desarrollo. Hay otras que son consecuencia de lesiones, bien sea por tumores o accidentes cardiovasculares. Son percances en la salud. ¿Se puede hablar de estupidez allí?: no lo creo”.

La estupidez evoluciona

Es todo y es nada, decía Lipovetsky. La palabra ‘estupidez’ ha sido empleada para calificar todo tipo de errores humanos, comúnmente asociados a las que podrían ser las facetas más criticadas del hombre, como la arrogancia, la ignorancia, el atrevimiento desmedido, la ingenuidad, el aparentar… De ahí que una de las frases más famosas que a menudo es citada para hablar del tema sea la expresada por el físico Albert Einstein: ‘Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro’”.
Sin embargo, Lipovetsky llama la atención sobre lo peligroso que resulta tender a asociar todo lo que podríamos calificar como un error con la estupidez, pues el sentido con el que se construye esta relación de significado les resta importancia a los hechos y los asemeja a comportamientos inocentes: “En la utilización del término –apunta el filósofo francés– hay algo que tiene que ver con el hecho de que no es muy grave: en el caso de un niño que rompe un vidrio por jugar con un balón en la sala de su casa podemos decir que es algo que se produjo por un comportamiento estúpido, pero no es grave. Es decir, se transmite la sensación de que algo es perdonable”. Sin embargo, utilizar el calificativo de ‘estúpido’ para sucesos como el holocausto judío, el yihadismo o el calentamiento global puede ser riesgoso.
“Por ejemplo –continúa Lipovetsky–, ¿la política de Hitler era estúpida? No, la palabra es ‘bárbara’. ¿El yihadismo es una estupidez? No, no lo es. Es un comportamiento ‘terrible’ y tenemos que dejar de creer que quienes lo ejercen son gente idiota, manipulada, cero inteligente y sin criterio alguno. En este momento hay personas huyendo de Medio Oriente y la palabra ‘estupidez’ no está a la altura de esas cuestiones. Ni siquiera porque pueda ser falsa, es que está fuera de lugar”.
En un sentido parecido, el escritor William Ospina añade: “A mí no me gusta mucho el concepto de ‘la estupidez’. Me parece que no es en rigor una definición sino una reacción. Parece nacer más de los estados anímicos que de los procesos reflexivos. Cuando uno reflexiona sobre las cosas, termina encontrándoles otros calificativos más precisos”.
Algo en lo que todos concuerdan es en que la estupidez ha evolucionado a la par con el conocimiento. La estupidez de hoy no es la misma estupidez de ayer: “Alguien que ahora diga que la tierra es plana y no se mueve de su posición, pues será tildado de estúpido, porque existe evidencia que prueba lo contrario –opina Lipovetsky–. Pero en Grecia o en Egipto esto fue una verdad de cierta época. Lo mismo ocurre con el propósito de llegar al poder mediante el uso de las armas, que ya es caduco. Esto nos demuestra que no percibimos la realidad de la misma manera. Depende del estado del conocimiento, de la evolución, del momento histórico”.
Por la misma idea del desarrollo del pensamiento a lo largo de la historia es que Ospina sentencia que “lo que solemos llamar estupidez está en el ápice de lo que solemos llamar evolución. Llegar a comprender lo estúpido necesariamente implica cierta complejidad intelectual”.
En la evolución del pensamiento, por otra parte, han sido pocos los acercamientos decididamente enfocados en la comprensión de la estupidez como esa otra cara de la razón. El historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla publicó en 1988 un ensayo en el que clasifica a “los estúpidos” como aquellos quienes con sus acciones, desde el punto de vista económico, perjudican a los demás y a sí mismos, justo lo contrario de “los inteligentes”, quienes benefician a los otros y a sí mismos. Cipolla consideró entonces que ser estúpido era aún peor que ser “malvado” (quien perjudica a los demás y se beneficia a sí mismo), pues la estupidez es lo único que no supone beneficio para nadie.
Así mismo, el filósofo y ensayista español José Antonio Marina intentó explorar la espesa manigua de la estupidez humana y en el 2004 publicó ‘La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez’. En el ensayo, Marina califica de “inteligencia malograda” a un compendio de factores que llevan al fracaso de la razón y que nacen del propio individuo, como las emociones fuertes y el actuar irreflexivo, que a su vez está ligado a fallas en lo cognitivo, lo afectivo o en la voluntad. Esta sumatoria de factores, sugiere, alejan al hombre de su principal meta, que, según su postura, es ser feliz.
El doctor Martínez recoge varios de los postulados de Marina para hablar del “fracaso de la inteligencia colectiva” que, palabras más, palabras menos –y aquí volvemos a lo que expresan Ospina y Lipovetsky–, consiste en desconocer la inteligencia de los otros por la propia, un detalle que evita una socialización inteligente. “El peligro más grande de la estupidez –dice Martínez– es no ser conscientes de ella, no reconocerla para poder delimitarla. La cuestión está en lo difícil que nos resulta ver nuestra propia estupidez y ser capaces de verla en los demás, no para condenarla, sino fijarnos en ella, identificarla y así poder reconocer la propia”.
Hablar de conclusiones definitivas quizá resulte inocente. En eso coinciden la mayoría de quienes han reflexionado e intentado aproximarse a eso que llamamos ‘estúpido’. Puede ser ingenuo, incluso, intentar al menos darle forma a una idea que es vaporosa y goza de tantos matices. Tal vez una de las pocas cosas claras sobre ella es que, como escribió Albert Camus en ‘La peste’, “la estupidez insiste siempre”.....Fuente:El nuevo dia/EDLP

Bill Clinton en frontera EEUU-México: "Hillary construirá puentes, no muros".

Houston (EE.UU).- El expresidente de Estados Unidos Bill Clinton afirmó este lunes en la ciudad fronteriza de Laredo (Texas, EE.UU.), la misma en la que meses atrás el magnate Donald Trump prometió elevar un muro, que su esposa, Hillary, "construirá puentes" con México en caso de ganar las elecciones en noviembre.
"Hay gente que quiere construir muros. Hillary quiere construir sendas de oportunidades y empoderamiento, puentes para las personas que serán nuestros compañeros y no nuestros enemigos", dijo Clinton, presidente entre 1993 y 2001.
En ausencia de su esposa, el exmandatario participó en una reunión para recaudar fondos en la vivienda del congresista estadounidense Henry Cuellar, antes de dar un mitin en la Universidad Internacional Texas A&M de Laredo, un campus con 7.000 estudiantes, en su mayoría latinos.
Clinton prometió a los 1.200 estudiantes que acudieron al evento que su mujer se ocupará de que aquellos que viven en pequeños pueblos o zonas rurales -como la de Laredo- tengan los mismos servicios que en las grandes ciudades, como por ejemplo el acceso a internet.
"No tendría que importar si vives en Laredo o Nueva York, en Long Beach (California) o Seattle (Washington) para beneficiarte de las ventajas de la economía global", dijo el expresidente.
Además, afirmó que las propuestas de la ex primera dama son las que necesita el país: "Sus planes económicos buscan crear empleo, subir los sueldos sin que nadie se quede atrás".
En julio, Trump protagonizó una polémica visita a Laredo invitado por un sindicato de la Patrulla Fronteriza para visitar la zona en la que promete construir un "gran muro".
Texas acudirá a las urnas el próximo 1 de marzo para elegir entre Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders al candidato demócrata a las próximas elecciones presidenciales.
Clinton lidera las encuestas con cifras de dos dígitos y aglutina el apoyo de la mayoría de líderes hispanos del estado sureño....Fuente:z101digital.com/EFE

lunes, 15 de febrero de 2016

Una mujer infectada en R. Dominicana, primer caso de zika en Rusia.

Moscú (Rusia)/EFE.- Rusia anunció este lunes el primer caso del virus del zika en el país, una mujer infectada en República Dominicana, adonde había viajado de vacaciones.
Según fuentes del departamento de Consumo (Rozpotrebnadzor), la enferma está ingresada en la sección de infecciosos de un hospital de Moscú "y su estado es satisfactorio".
La mujer no presentó síntomas de la enfermedad nada más regresar de sus vacaciones, pero al cabo de varios días empezó a tener malestar general, fiebre y sarpullido, agregaron.
"Las pruebas de laboratorio revelaron la presencia del virus del zika en las muestras biológicas de la enferma", explicó el departamento de Consumo.
Las autoridades sanitarias rusas mantienen en observación a los familiares más cercanos de la mujer infectada, aunque los análisis clínicos que se les han realizado hasta ahora han dado negativo.
El avión en el que la mujer, residente en Moscú, volvió a Rusia ha sido desinfectado "para evitar riesgos para la salud de sus pasajeros", informó la fuente.
El virus del zika ha sido detectado en cerca de treinta países en América Latina y el Caribe, además de casos llevados a otras regiones por viajeros.