Un hombre estranguló ayer a su pareja sentimental en la comunidad
Mocán, de Baitoa, la segunda mujer asesinada en las últimas 36 horas en
el Cibao, y el feminicidio número 30 ocurrido en la región Norte en lo
que va de año.
La Policía identificó a la víctima como Yolanda Ramírez Puntiel, de
33 años, mientras que el victimario es Tony Brito Rosario, de 53, quien
se encuentra prófugo.
Familiares de la víctima contaron que la pareja discutía
constantemente por motivos de celos y que el homicida se tornaba
agresivo.
La Policía reveló que el certificado del médico forense que ordenó el
levantamiento del cuerpo sin vida de la mujer establece que falleció a
causa de asfixia por estrangulamiento.
Vecinos manifestaron que el hombre era bien “inseguro” y que la celaba “hasta con su propia sombra”.
El pasado domingo, Lady Miguelina Paredes Marte, de 47 años, murió de
heridas de arma blanca ocasionadas con un cuchillo de diez pulgadas
por su pareja, José María (El Nene), en San Francisco de Macorís.
Según un informe de la Policía, José María mató a su pareja en
presencia de un hijo de la fenecida, de 10 años, quien al notar que su
madre era agredida salió a las calles pidiendo auxilio.
Otro crimen
Mientras tanto, el cadáver de la comerciante Santa García Jorge fue
encontrado el lunes con signos de violencia, y en estado de
descomposición, en unos matorrales de las Matas de Santa Cruz.
La mujer, que se dedicaba a la venta de tejidos, fue localizado con
ropa sobre su cuerpo y algodones semi quemados, mientras que en su
habitación los investigadores encontraron residuos de sangre.
Hablan las feministas
Agrupaciones feministas del Cibao dijeron que es tiempo de que las
autoridades tomen medidas eficaces para evitar el elevado número de
feminicidios, que a su entender sigue en aumento.
La Coordinadora de Mujeres del Cibao y el Movimiento Feminista
Hermanas Mirabal estimaron que hay muchos factores al alcance de las
autoridades que contribuyen con los feminicidios y la violencia contra
la mujer.
Expresaron que la cifra de mujeres asesinadas supera las que ofrecen
las autoridades, al ser casi siempre contados como feminicidios las que
son víctimas de sus parejas y exparejas, pero no aquellas que mueren en
circunstancias violentas.
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