Nueva York, (EFE).- Nueva York
amaneció hoy con normalidad casi total tras la fuerte nevada del martes y
de esta madrugada, con precipitaciones durante 15 horas seguidas, que,
sin embargo, no ha causado trastornos de importancia, aunque las
autoridades recomiendan no conducir.
La constante acción de máquinas quitanieves en las
calles junto con miles de operarios públicos y privados en las aceras
evitó que las acumulación de entre 15 y 28 centímetros llegara a
convertirse en un problema serio.
El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, recomendó
hoy que los ciudadanos no conduzcan sus automóviles a fin de despejar
las calles por motivos de seguridad y para facilitar el trabajo de los
quitanieves.
"No salgan a la carretera si es posible y déjennos
hacer nuestro trabajo. Si tienen transporte público disponible, no
conduzcan", dijo De Blasio en unas breves declaraciones a la puerta de
su casa de Brooklyn mientras apaleaba la nieve acumulada.
Todas las instituciones públicas (escuelas,
Ayuntamiento, tribunales) y privadas están abiertas, incluyendo la sede
de Naciones Unidas, la primera institución que suele cerrar cuando hay
inclemencias climáticas.
Los transportes públicos funcionan cerca de la
regularidad habitual y todos los autobuses van equipados con cadenas,
mientras que los trenes de cercanías sí han adoptado una frecuencia
reducida.
A la nevada ha seguido un intenso frío con mínimas
para hoy de -14 grados centígrados, que pueden alcanzar -25 con el
factor viento.
Por ello, De Blasio recomendó que las salidas al aire libre sean "lo más cortas que sea posible".
Las cosas son más complicadas en los condados de
las afueras de la ciudad, donde algunas escuelas han cerrado o retrasado
la apertura.
Igual que ha ocurrido en el estado de Nueva
Jersey, que sufrió las peores nevadas (hasta 34 centímetros en algunos
puntos) junto con la vecina ciudad de Filadelfia (Pensilvania). EFE
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