En 2013, el entonces alcalde Michael Bloomberg comenzó una lucha contra el uso de empaques de poliestireno en Nueva York,
sin embargo, la batalla contra grupos de restaurantes, que ven la
medida como una dificultad, sobre todo para los pequeños comerciantes,
se alargó, pasándole el liderazgo al alcalde Bill de Blasio, quien finalmente, seis años después, logró la prohibición.
Y es que este 1 de enero marca el inicio de la medida, anunciada por De Blasio, la comisionada del Departamento de Sanidad Kathryn García, y el director de la Oficina de Sostenibilidad del alcalde,
Mark Chambers, quienes aseguraron que la prohibición de la espuma de
poliestireno está vigente, lo que, según indican, elimina una fuente
importante de desechos derivados del petróleo.
Esto quiere decir que ahora los establecimientos de servicio de
alimentos, tiendas y fabricantes no pueden poseer, vender ni ofrecer
empaques de alimentos de espuma de poliestireno expandido o empaques de
relleno suelto, como “empaques de maní”.
Para el Alcalde, el calentamiento global está amenazando a la ciudad,
y para combatirlo, “tenemos que cambiar la forma en que vivimos”.
“Las 60 millones de libras de espuma de poliestireno que los
neoyorquinos tiran cada año obstruyen nuestros vertederos y alimentan la
economía petrolera que destruye nuestro planeta”, apuntó el líder
político. “Estamos terminando esta práctica sucia para poder garantizar
un futuro más limpio y más justo para nuestros hijos”.
De acuerdo con la prohibición, los fabricantes y tiendas no pueden
vender ni ofrecer artículos de espuma como tazas, platos, bandejas o
contenedores de concha, sin embargo, la Alcaldía explicó que hay un
período de gracia de seis meses antes de que se puedan imponer las
multas.
“Esta prohibición, que se ha retrasado hace mucho tiempo, pondrá fin a
la espuma de poliestireno que cubre nuestras calles y obstruye nuestros
cursos de agua”, dijo Mark Chambers, director de la Oficina de
Sostenibilidad del Alcalde. “Ahora debemos aprovechar este progreso
mediante la eliminación de otros productos obsoletos y de desperdicio,
como bolsas de plástico de un solo uso y sorbetes de plástico”.
Ahora bien, la noticia no cayó bien en algunas zonas de la Gran
Manzana, donde los dueños de restaurantes están preocupados por los
costos de otros empaques.
“La verdad es que me parece que no es necesario y lo que nos crea es
un problema mayor porque otros empaques son aún más caros”, dijo Lucía
Castro, dueña de un restaurante hispano en Washington Heights.
No obstante, el Departamento de Servicios para Pequeñas Empresas
aseguró que negocios como el de Castro, al igual que otras pequeñas
empresas con menos de $500,000 en ingresos anuales, al igual que
organizaciones sin fines de lucro, pueden solicitar exenciones por
dificultades económicas, si pueden probar que la compra de productos
alternativos que no están compuestos por poliestireno creará
dificultades financieras.
Las exenciones otorgadas serán válidas por un período de un año a partir del 1 de julio de 2019 y de forma continua.........Fuente:eldiariony.com/Por:Jose Martinez
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