martes, 28 de enero de 2014

Niño de cuatro años sobrevive tras 30 horas perdido en el monte en Argentina .

AFP
Buenos Aires

Un niño de cuatro años, de nacionalidad boliviana, se extravió en el monte en el centro de Argentina y sobrevivió tras pasar 30 horas solo con su pequeño perro, dijo ayer a la AFP un bombero que participó de la búsqueda.
La odisea de Ariel comenzó el viernes pasado al mediodía, cuando desapareció de su casa, pero los padres dieron aviso a la policía recién por la noche, recordó Fabián Vargas, oficial principal de bomberos de Santa Rosa de Calamuchita, en la provincia de Córdoba.
La policía y los bomberos comenzaron la búsqueda esa noche, pero fue recién al amanecer del sábado cuando se montó un intenso operativo que involucró a unas 100 personas, perros y un helicóptero.
"Es un milagro que lo hayamos encontrado. Nunca imaginamos que fuera a caminar tanto. Apareció a unos 14 km y en la zona hay mucha pendiente monte abajo y no hay caminos, dijo Vargas.
Ariel fue encontrado "la tarde del sábado por una familia que estaba pasando el fin de semana en una finca de veraneo aislada en el monte", agregó.
La familia se sorprendió cuando el niño apareció sentado en el patio junto a su cachorrito y, como parecía estar solo, dio aviso a la policía.
"Apareció muy asustado, con las manos, los brazos y las piernas lastimadas porque estuvo caminando en el monte. Estaba con la ropa mojada, con frío y hambre", dijo el socorrista.
Las temperaturas de verano pueden superar en la zona durante el día los 40 grados centígrados y bajar por la noche a 10 grados.
La familia del niño es muy humilde y vive en un campo al lado del basural de Santa Rosa de Calamuchita, una localidad de la serranía cordobesa, ubicada a unos 100 km de la capital provincial.
Cuando se extravió el niño estaba vestido con una bermuda, una camiseta y zapatillas, según la fuente.
"Estaba shockeado y hasta ahora no habló sobre lo que había ocurrido. El mismo padre comentó que no les había dicho nada", reveló Vargas.
El pequeño fue revisado en un centro de salud y no se descarta que necesite asistencia psicológica por lo que había vivido.
El padre de Ariel trabaja en una fábrica de ladrillos y vive junto a su esposa y otros dos hijos de dos y un año en una humilde vivienda, que el socorrista describió como "un ranchito sin luz, ni agua potable".

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