Francisco se dirigió a la explanada adornada con flores frente a la
Basílica de San Pedro. Decenas de miles de fieles ya habían atiborrado
el sitio horas antes de que comenzara la misa a mediados de la mañana.
El papa inclinó la cabeza en señal de reflexión mientras un coro cantaba el Evangelio en latín, relatando lo que los cristianos creen que es el misterio central de su fe: la resurrección de Jesús después de morir crucificado.
Un toldo blanco cubría el altar, en los escalones. Después de que lluvias fuertes empaparon Roma durante la noche, se pronosticaron más precipitaciones, pero el domingo hubo cielos soleados alternados con cielos nubosos.
Una vez terminada la misa, el papa Francisco ofreció su bendición y habló desde el balcón de la basílica.
El papa inclinó la cabeza en señal de reflexión mientras un coro cantaba el Evangelio en latín, relatando lo que los cristianos creen que es el misterio central de su fe: la resurrección de Jesús después de morir crucificado.
Un toldo blanco cubría el altar, en los escalones. Después de que lluvias fuertes empaparon Roma durante la noche, se pronosticaron más precipitaciones, pero el domingo hubo cielos soleados alternados con cielos nubosos.
Una vez terminada la misa, el papa Francisco ofreció su bendición y habló desde el balcón de la basílica.
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