MADRID/Almomento.net.- La República Dominicana ha perdido en los últimos años
interés para las compañías españolas, que centraban su actividad de
forma mayoritaria en el sector turístico-hotelero y el inmobiliario,
según el periódico CAPITALMADRID.com.
"Ni siquiera los proyectos del presidente Danilo Medina han logrado
de momento reanimar el interés de las empresas españolas", señala el
diario.
Según explica, los roces, desencuentros y encontronazos de la
anterior Administración dominicana con empresas españolas, incluyendo
las expropiaciones en 2012, sin que aún haya mediado indemnización, a
las compañías Codacsa y Azucarera Porvenir, han elevado la desconfianza
de las empresas españolas hacia un destino inversor que las firmas
venían denunciando como protagonista de una creciente inseguridad
jurídica.
"Las sombras generadas por los choques con el sector privado
protagonizados por la Administración de Leonel Fernández, que su delfín y
sustituto en el poder aún no ha logrado disipar y que han generado un
clima de tensión, se produjeron a pesar de que España es el tercer
inversor extranjero en Dominicana tras EEUU y Canadá y el primero en el
vital sector turístico, a pesar de que nuestro la Madre Patria es el
segundo mayor receptor de inmigrantes dominicanos, el octavo socio
comercial y el mayor contribuyente en ayudas al desarrollo de la nación
caribeña. Y han contribuido de forma importante a alejar a los
inversores españoles del país en beneficio de otros destinos en la
región", reseña.
Pese a las promesas de cambio de rumbo del presidente Medina, quien
en un intento de distanciarse de la Administración previa del PLD,
designó para un cargo público de relieve a uno de los principales
enemigos de su antecesor y mentor, la imagen de Dominicana como
Administración tolerante con la corrupción, intervencionista y
favorecedora de un marco jurídico inseguro no se ha evaporado, conforme
fuentes empresariales españolas conocedoras de la situación.
En un país en el que la actividad turística es uno de los motores del
crecimiento y de la captación de inversiones (Dominicana es el
principal destino de viajes del Caribe), Medina se comprometió a
impulsar de forma decidida este segmento de la economía y a convertirlo
en locomotora del desarrollo y principal eje de generación de empleo.
Medina, además, vinculó ese relanzamiento de la actividad turística a
la potenciación de sectores como la construcción, la industria y la
energía dentro de un programa basado en el llamamiento a un gran pacto
social para combatir la pobreza e impulsar el desarrollo. Así, y tras
marcarse la meta de conseguir 10 millones de turistas en 10 años y la
generación de 400.000 nuevos empleos, el Presidente prometió insuflar
nueva vida a las infraestructuras del país con la construcción de las
carreteras Miches-Uvero Alto, Sabana de la Mar-Miches y Pedro Sánchez-El
Seibo para contribuir al relanzamiento turístico.
Asimismo, el nuevo presidente se comprometió a restaurar la imagen
del país como destino confiable para el inversor internacional tras los
diversos enfrentamientos con el sector privado y denuncias de corruptela
que empañaron la reputación del país en los últimos años de gobierno de
su antecesor.
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