Una menor de 16 años que habría penetrado con
una predicadora cristiana dedicada a evangelizar a los internos en la
cárcel General Pedro Santana de aquí, habría sido seducida y violada
tras lo cual sufrió una profusa hemorragia vaginal.
La menor logró penetrar a la cárcel junto a una predicadora que distribuía material religioso. Luego de ser abusada, fue llevada a una casa en vez de a una clínica o al hospital de la ciudad, donde se trató de contener la hemorragia, dijo su madre, Luz Eneyda Mercedes Zorrilla, quien afirma que su hija fue violada. La atribulada madre dijo que “mi niña fue llevada hasta una celda y violada brutalmente por un vendedor de drogas, identificado como Wady Encarnación, que está preso en el penal”. Mercedes Zorrilla mostró varias camisetas ensangrentadas utilizadas para contener la sangre a su hija en una celda del penal y acusó al alcaide del recinto de convertirse en cómplices al callar y autorizar la salida forzosa de su hija con un sangrado del penal y no enviarla a una clínica o al hospital.
“Mi niña está traumatizada y está viva por obra y gracia de Dios; quiero que se investigue, porque a la cárcel están metiendo menores a sostener relaciones con los internos, y la seguridad y el alcalde tienen que explicarme cómo mi hija entró cuando no tiene a ningún familiar preso”, acotó. El hecho habría ocurrido el pasado 30 de junio a las 3:00 de la tarde, durante las visitas.
Mientras que Henry Estévez, procurador fiscal de El Seibo, confirmó que ciertamente ocurrió la violación de la menor y que se está investigando para establecer responsabilidad y pedir sanción contra los responsables de permitir la incursión de menores al recinto penitenciario, sobrepoblado de presos. Dijo que encargó al fiscal Jaime Mota de las indagatorias, para determinar qué falló.
El examen médico, dado por la legista Teresa Aquino, dice que la menor sufrió desgarramientos y hematomas vaginales, con pérdida completa de anillo himenal y laceraciones en labios vulvares. La madre se quejó de que ni el fiscal ni nadie quieren hacer justicia en el caso de su hija, cuando el alcaide tiene responsabilidad, porque al recinto penitenciario no pueden incursionar menores.
La menor logró penetrar a la cárcel junto a una predicadora que distribuía material religioso. Luego de ser abusada, fue llevada a una casa en vez de a una clínica o al hospital de la ciudad, donde se trató de contener la hemorragia, dijo su madre, Luz Eneyda Mercedes Zorrilla, quien afirma que su hija fue violada. La atribulada madre dijo que “mi niña fue llevada hasta una celda y violada brutalmente por un vendedor de drogas, identificado como Wady Encarnación, que está preso en el penal”. Mercedes Zorrilla mostró varias camisetas ensangrentadas utilizadas para contener la sangre a su hija en una celda del penal y acusó al alcaide del recinto de convertirse en cómplices al callar y autorizar la salida forzosa de su hija con un sangrado del penal y no enviarla a una clínica o al hospital.
“Mi niña está traumatizada y está viva por obra y gracia de Dios; quiero que se investigue, porque a la cárcel están metiendo menores a sostener relaciones con los internos, y la seguridad y el alcalde tienen que explicarme cómo mi hija entró cuando no tiene a ningún familiar preso”, acotó. El hecho habría ocurrido el pasado 30 de junio a las 3:00 de la tarde, durante las visitas.
Mientras que Henry Estévez, procurador fiscal de El Seibo, confirmó que ciertamente ocurrió la violación de la menor y que se está investigando para establecer responsabilidad y pedir sanción contra los responsables de permitir la incursión de menores al recinto penitenciario, sobrepoblado de presos. Dijo que encargó al fiscal Jaime Mota de las indagatorias, para determinar qué falló.
El examen médico, dado por la legista Teresa Aquino, dice que la menor sufrió desgarramientos y hematomas vaginales, con pérdida completa de anillo himenal y laceraciones en labios vulvares. La madre se quejó de que ni el fiscal ni nadie quieren hacer justicia en el caso de su hija, cuando el alcaide tiene responsabilidad, porque al recinto penitenciario no pueden incursionar menores.
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