viernes, 15 de enero de 2010

La ayuda tarda y temen violencia ..


Escrito por: Rafael Tomás Jaime

La hambruna por falta de alimentos; la carencia de agua potable, de asistencia médica inmediata, de combustibles, de comunicación telefónica y de electricidad, y la incertidumbre por los heridos, los atrapados entre escombros y desaparecidos, así como por la falta de autoridad civil y militar en Puerto Príncipe, son factores de riesgos que amenazan con la estabilidad social en Haití, tres días después del sismo de 7 grados Richter que destruyó las principales infraesctructuras públicas y privadas, incluido el Palacio de la Presidencia.

La desesperación se ha apoderado de la población haitiana en la Capital, donde fluyen miles de familiares de las víctimas, procedentes de las demás localidades, y desde República Dominicana para saber de su situación tras el terremoto.

Debido a que la ayuda alimenticia ha tardado en llegar a los ciudadanos con la rapidez esperada.

Quienes pernoctan en las vías de tránsito, sin techos ni donde guarecerse, debido a la destrucción de sus viviendas, comenzaron a desesperarse, y saquearon los almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA), llevando consigo miles de raciones, generando preocupación entre el personal de las distintas agencias de las Naciones Unidas.

Aunque desde el vecino República Dominicana, el Gobierno llevó 100 mil raciones de alimentos enlatados, crudos y cocidos, pero han sido insuficientes para satisfacer la demanda de una población hambrienta.

Tampoco ha fluido con rapidez la entrega de alimentos de los demás gobiernos que enviaron raciones alimenticias, medicamentos, equipos médicos, casas de campaña y personal civil y militar para la distribución; afectada por la anarquía, debido a que el gobierno haitiano no ha podido coordinar el recibimiento de las ayudas ni garantizar controles para la entrega.

El Palacio Presidencial colapsó y otras infraestructurales oficiales, muriendo varios ministros, y el presidente René Preval ha tenido que pernoctar, recibir a representantes internacionales y las ayudas en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, donde hay un tapón de aviones y contenedores enviados por los demás países.

A esto se agrega que el edificio de las fuerzas de paz de la ONU para Haití (Minustah) colapsó, muriendo su jefe y otros oficiales y soldados, resultando gran cantidad heridos.

Igual ocurrió con el de la representación de la ONU, donde murió también su representante y oficiales resultaron heridos.

Esta situación impide una adecuada coordinación y distribución a tiempo de las ayudas, lo cual hace más desesperante la actitud de los heridos y sus familiares en Puerto Príncipe.

“Desafortunadamente, ellos se están volviendo cada vez mas furiosos e impacientes”, dijo David Wimhurst, protavoz de la misiónd de paz de la ONU, comandada por Brasil, tras los saqueos.

Las distintas agencias de la ONU operan en carpas improvisadas.

300 millones

de dólares han prometido de manera inmediata EEUU, el Banco Mundial y el FMI, mientras países latinoamericanos prometieron otras ayudas millonarias.

Destrucción y muerte

Un informe de la ONU en Ginebra revela que unas 300 mil personas perdieron sus viviendas y que un 10 por ciento de los inmuebles resultaron destruídos por efectos del sismo, habiendo zonas que sufrieron un 50% de destrucción.

La Cruz Roja Internacional calculó en unos 45 a 50 mil los muertos.

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