viernes, 15 de enero de 2010

Socorristas piden mayor seguridad ..


Escrito por: JONATHAN M. KATZ y TAMARA LUSH

PUERTO PRINCIPE. AP.- Socorristas que tratan de distribuir alimentos, agua y otros suministros en el devastado Puerto Príncipe advirtieron que sus esfuerzos pudieran necesitar más medidas de seguridad, en momentos en que los haitianos se vuelven cada vez más desesperados e impacientes por ayuda.

Soldados de paz de la ONU que patrullan la capital dijeron que la gente está cada vez más furiosa porque la ayuda no ha sido entregada más rápidamente, y las fuerzas brasileñas advirtieron a las caravanas de ayuda que añadan personal de seguridad para protegerse contra saqueos.

“Desafortunadamente, ellos se están volviendo cada vez más furiosos e impacientes”, dijo David Wimhurst, portavoz de la misión de paz de la ONU, comandada por Brasil.

“Todos nos damos cuenta que la situación se está volviendo más tensa, pues las personas más necesitadas siguen esperando por suministros. Pienso que los ánimos se están agitando”. En Ginebra, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo el viernes que sus almacenes en la capital haitiana fueron saqueados.

El PMA no sabe cuánto de sus reservas preterremoto de ayuda alimentaria en la capital haitiana — unas 15.000 toneladas — quedaba. Centenares de miles de haitianos sufren hambre luego del devastador terremoto del martes.

La portavoz del PMA Emilia Casella subrayó que los saqueos eran algo normal en situaciones de emergencia, y mencionó que las tiendas regulares de alimentos en la capital haitiana también habían sido saqueadas. La agencia de la ONU dijo que estaba trabajando para recaudar suficientes comidas rápidas para alimentar a dos millones de haitianos durante un mes.

Médicos y perros de búsqueda, tropas y equipos de rescate llegaron el jueves en decenas de vuelos a esta devastada tierra plagada de muertos y moribundos, encontrando congestionamientos por todas partes, incluido el aeropuerto principal, sin torre de control y con poco espacio de descarga y combustible para los aviones.

La Cruz Roja Internacional estimó que entre 45.000 y 50.000 personas murieron por el terremoto del martes en Haití, con base en la información de la Cruz Roja haitiana y funcionarios gubernamentales. Entretanto, aumentaba la preocupación por la cantidad de alimentos y agua para los sobrevivientes.

“Las personas casi pelean por agua”, dijo el socorrista Fevil Dubien mientras distribuía el líquido desde una camioneta en un barrio en el norte de Puerto Príncipe. Fuera del Hospital General de la capital, se creó un depósito improvisado de cadáveres en el parque de estacionamiento, con cientos de cuerpos donde sobrevivientes apesadumbrados buscaban a sus seres amados

. Los miembros brasileños de las fuerzas de paz de Naciones Unidas, que son clave para la seguridad de la ciudad, estaba tratando de organizar entierros masivos.

La ayuda procedente de todo el mundo y necesitada con urgencia en Haití fluía lentamente por la nación caribeña, pero había cuellos de botella, como problemas de logística y un vacío de liderazgo que dejaron a los rescatistas solos para salvar a los sobrevivientes atrapados y heridos, así como para entregar los suministros en la capital.

Los haitianos realizaban esfuerzos frenéticos para salvar a los heridos y buscar sobrevivientes tras el devastador terremoto de magnitud 7, convirtiendo camionetas en ambulancias y puertas en camillas, mientras la ayuda de todo el mundo comenzaba a llegar a raudales, aunque enfrentando problemas de logística.

Los camiones que transportaban policías y trabajadores de las Naciones Unidas se quedaban atascados en las calles llenas de camionetas, automóviles y peatones.

En Washington, el presidente Barack Obama anunció “uno de los mayores esfuerzos de ayuda en nuestra historia reciente”, comenzando con 100 millones de dólares.

El Comando Sur Estadounidense reportó que los primeros 100 de 900 soldados que acudirían a Haití aterrizaron el jueves, procedentes de Carolina del Sur, para apoyar las iniciativas de apoyo tras el desastre. Esta semana, llegarían más de 2.000 infantes de marina.

Los saqueos comenzaron inmediatamente después del sismo y se vio a gente extraer alimentos de comercios derrumbados, pero los trabajadores de organizaciones de asistencia dijeron que había pocos disturbios.

Elisabeth Byrs, vocera del esfuerzo humanitario de la ONU en Ginebra, dijo que se informó que escaparon presos de la principal prisión de Puerto Príncipe. La Cruz Roja estima que hasta tres millones de personas, un tercio de la población nacional, habrían sido afectadas por el terremoto y que llevaría uno o dos días tener una idea clara de los daños sufridos, según el vocero Paul Conneally.

Aviones con equipos de socorro procedentes de Estados Unidos, China, Francia y España aterrizaron en el aeropuerto de Puerto Príncipe, trayendo equipos de búsqueda y rescate con de perros entrenados, así como médicos, alimentos, medicinas y otras provisiones.

Unos 60 vuelos de ayuda habían llegado hasta el jueves al mediodía, pero tuvieron que lidiar con un Aeropuerto Internacional Toussaint L’Ouverture sobrecargado. La torre de control del aeropuerto quedó destruida por el terremoto del martes. Elementos de tácticas especiales del Comando de Operaciones Especiales Hurlburt de la Fuerza Aérea de Estados Unidos dijeron que sus equipos se hicieron cargo del control de operaciones del aeropuerto haitiano.

Demoró seis horas descargar un avión chino porque el aeropuerto carecía del equipo necesario, en un indicio de posibles contratiempos a medida que llega una cantidad de vuelos con suministros de emergencia.

Los daños severos a por lo menos ocho hospitales en Puerto Príncipe obstruían los esfuerzos por atender a miles de heridos, informó la Organización Mundial de la Salud en Ginebra. Al menos 2.000 lesionados habrían sido atendidos en la vecina República Dominicana, incluido el presidente del Senado, Kelly Bastien.

En tanto, muchos lesionados esperaban atención en improvisadas salas de espera, una de las cuales se instaló frente al Hospital General, a unos metros de donde se acumulaban los cadáveres, despidiendo un olor fétido.

Las cuadrillas comenzaron a retirar los cadáveres no reclamados con maquinaria pesada, depositándolos en camiones, posiblemente para un entierro masivo. ——— Los periodistas de The Associated Press Mike Melia, Jennifer Kay y Gregory Bull en Puerto Príncipe; Ramón Almanzar en Santo Domingo; Alexander G. Higgins en Ginebra; Edith M.

Lederer en Naciones Unidas; Tales Azzoni en Sao Paulo; David McFadden en San Juan, Puerto Rico; Adam Geller en Nueva York; y Matthew Lee y Pauline Jelinek en Washington DC contribuyeron a este despacho.

50 mil

Es una de las cifras de muertes más socorridas, en relación al sismo de 7.0 grados que devastó la capital haitiana.

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