WASHINGTON (AP) — Las autoridades deben identificar a las ciudades estadounidenses con mayor demanda de visas de trabajo H-1B para definir una política migratoria que satisfaga la demanda de profesionales especializados al admitir a extranjeros y entrenar estadounidenses, propuso un informe de un instituto de estudios privado.
El reporte "Distribución geográfica de trabajadores H-1B: Demanda de mano de obra extranjera especializada en las áreas metropolitanas de Estados unidos" sugiere además que los fondos destinados a brindar capacitación especializada a la mano de obra estadounidense sean distribuidos de manera más acorde con las necesidades de cada ciudad.
Neil Ruiz, uno de los autores del documento, dijo a la Associated Press que no se propone llevar el límite anual de visas H-1B a una cifra específica, sino más bien plantea la necesidad de "determinar hasta dónde debemos llegar en base a estadísticas. Es una manera independiente y fáctica de hacer las cosas, lo cual es difícil ahora, especialmente en un año electoral. Creo que sería la mejor hipótesis".
Las empresas estadounidenses utilizan el programa de visas H-1B para emplear a ciudadanos extranjeros en ocupaciones que requieren gran especialización, tales como ciencia, ingeniería y programación, entre otras. La gran demanda suele sobrepasar el cupo anual de 65.000 visas, por lo que hay propuestas para eliminar el cupo o al menos elevar la cantidad.
En el documento elaborado para el centro de estudios Brookings Institution, sus autores, Ruiz, Jill Wilson y Shyyamali Choudhury sostienen que 106 áreas metropolitanas formularon el 91% de todas las solicitudes para visas H-1B en el periodo 2010-2011 pese a que representaban solamente el 67% de la población laboral nacional.
Y las ciudades con una alta demanda de visas para contratar extranjeros recibieron apenas 3,09 dólares por trabajador en promedio —proveniente de los cerca de 1.000 millones de dólares destinados durante la última década a la capacitación especializada de trabajadores estadounidenses_, comparado con los 15 dólares en promedio que recibieron ciudades con menor demanda de visas entre 2001 y 2011.
Los autores proponen que el gobierno estadounidense cree una comisión independiente, desvinculada de partidos políticos, que pueda ajustar el límite anual de visas H-1B según las necesidades e indicadores económicos regionales, y que canalice los fondos para capacitación a áreas que actualmente son cubiertas por trabajadores H-1B a nivel local.
Ruiz dijo que es realista pensar en la creación de tal comisión, aún cuando las perspectivas lucen complicadas para que el Congreso asuma en pleno año electoral un debate sobre el límite anual de las visas H-1B, especialmente cuando el tema migratorio en general ha cobrado una gran relevancia política.
"Recomendamos que haya una comisión amplia que pueda proponer una reforma migratoria integral, la que sabemos es muy difícil", explicó Ruiz. "Pero recomendamos un panel dentro de esa comisión que solo se dedique a las visas H-1B y de esa manera quede aislado de otros programas de visas más problemáticos".
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