Fuente:Elcaribe/Rafael Alonso Rijo.- La Policía apresó a cuatro hombres y persigue a otro por el
asesinato de un capitán (r) de la FAD, junto a su esposa y un hijastro,
el pasado sábado en El Almirante.Los imputados siguieron al militar
Luis Alfonso Herasme Tejada, de 48 años, al salir del billar Trébol, del
citado sector de Santo Domingo Este. Cuando el oficial retirado llegó a
su casa procedieron a atracarlo para robarle el arma de fuego, una
acción a la que la víctima se resistió, por lo que el imputado Modesto
Esmerlin González Quezada (Blondy), le disparó.
Con el ruido producido por los impactos de bala, la esposa del militar, Kirssy Josselin Rodríguez Féliz, de 39 años, y su hijo Carlos Miguel Rodríguez, de 18, salieron en auxilio del militar retirado. En esas circunstancias, González Quezada les disparó, porque estaba seguro de que lo identificarían, ya que vive en el mismo sector, según el vocero de la Policía, general Máximo Báez Aybar.
Vieron el arma al militar
El atraco fue planificado por Blondy y Sterlin Reynoso Rosario (El Chino), administrador del billar donde se encontraba el militar. Esmíl Perdomo (El Menor), otro de los apresados, fue quien alquiló el arma homicida mientras el detenido Alfredo Sánchez (El Bronco) se encargó de esconderla luego del triple crimen, según la versión de la Policía.
La uniformada también persigue a Juan Carlos Ovalles Rodríguez (Pototo), con quien Blondy envió las dos armas a El Bronco para que las guardara. Pototo, quien se encuentra prófugo, sólo entregó a El Bronco la pistola despojada al capitán, y se quedó con la otra.
La Policía informó que con la colaboración de una hermana de Pototo pudo ubicar el lugar donde el prófugo había escondido la referida pistola. Ambas armas de fuego están bajo control policial. También fue ocupada la motocicleta donde se desplazaron los supuestos homicidas. Los imputados serán sometidos a la Justicia en las próximas horas.
Clave para resolver el crimen
Un casquillo encontrado a más de 800 metros de la escena del crimen fue clave para dar con los responsables del hecho, en virtud de que González Quezada había disparado en la zona el pasado jueves, información que lo colocó en el círculo de la sospecha. La Policía determinó que el casquillo encontrado (que se atribuía a un disparo del imputado) coincidía con los recolectados en el lugar donde se cometió el crimen del exmilitar con su esposa y su hijastro.
Sepelio muy humilde
Familiares y conocidos de las tres víctimas lloraron desesperadamente la muerte de sus parientes durante el humilde sepelio efectuado ayer tarde al fondo de la parte sur del cementerio Cristo Salvador, de Santo Domingo Este.
En el sepelio no hubo presencia de altos militares -excepto par de tenientes- ni funcionarios civiles de la provincia. El segundo teniente de la FAD Ramón Castro Germán leyó un panegírico en el que destacó la trayectoria del hombre de armas.
Un desconsolado Fabio Nelson Herasme, hermano del capitán asesinado, recibió de manos de un sargento la Bandera Nacional, que cubría el sencillo féretro del capitán. “Reciba la Bandera a la que su pariente defendió y honró como el militar que fue”, dijo el suboficial.
Unas 300 personas se confundieron en dolor cuando los tres cuerpos fueron sepultados uno al lado del otro; ocho soldados de la FAD dispararon tres salvas de fusilería mientras el trompeta interpretaba el “taps”, esa melancólica y triste melodía que honra a los militares caídos.
Los pocos militares que asistieron de-saparecieron mucho antes de finalizar el sepelio. Cerca de las 6:00 de la nublada tarde de ayer, ya los cuerpos del capitán, su esposa y su hijo descansaban, mientras el llanto era un hondo clamor por justicia.
Se depura para saber si era agente de la Policía
En la casa de Gónzalez Quezada se ocupó un radio de comunicaciones, esposas, macanas, un cuchillo tipo bayoneta con su baqueta, una caja conteniendo 18 cápsulas, para pistola, una canana para pistola tipo piernera, un chamaco completo color gris, seis camisas color gris, dos pantalones color gris, tres gorras para policía y otros objetos propios de agentes de la uniformada, pero no se ha confirmado que el imputado fuera agente policial.
Con el ruido producido por los impactos de bala, la esposa del militar, Kirssy Josselin Rodríguez Féliz, de 39 años, y su hijo Carlos Miguel Rodríguez, de 18, salieron en auxilio del militar retirado. En esas circunstancias, González Quezada les disparó, porque estaba seguro de que lo identificarían, ya que vive en el mismo sector, según el vocero de la Policía, general Máximo Báez Aybar.
Vieron el arma al militar
El atraco fue planificado por Blondy y Sterlin Reynoso Rosario (El Chino), administrador del billar donde se encontraba el militar. Esmíl Perdomo (El Menor), otro de los apresados, fue quien alquiló el arma homicida mientras el detenido Alfredo Sánchez (El Bronco) se encargó de esconderla luego del triple crimen, según la versión de la Policía.
La uniformada también persigue a Juan Carlos Ovalles Rodríguez (Pototo), con quien Blondy envió las dos armas a El Bronco para que las guardara. Pototo, quien se encuentra prófugo, sólo entregó a El Bronco la pistola despojada al capitán, y se quedó con la otra.
La Policía informó que con la colaboración de una hermana de Pototo pudo ubicar el lugar donde el prófugo había escondido la referida pistola. Ambas armas de fuego están bajo control policial. También fue ocupada la motocicleta donde se desplazaron los supuestos homicidas. Los imputados serán sometidos a la Justicia en las próximas horas.
Clave para resolver el crimen
Un casquillo encontrado a más de 800 metros de la escena del crimen fue clave para dar con los responsables del hecho, en virtud de que González Quezada había disparado en la zona el pasado jueves, información que lo colocó en el círculo de la sospecha. La Policía determinó que el casquillo encontrado (que se atribuía a un disparo del imputado) coincidía con los recolectados en el lugar donde se cometió el crimen del exmilitar con su esposa y su hijastro.
Sepelio muy humilde
Familiares y conocidos de las tres víctimas lloraron desesperadamente la muerte de sus parientes durante el humilde sepelio efectuado ayer tarde al fondo de la parte sur del cementerio Cristo Salvador, de Santo Domingo Este.
En el sepelio no hubo presencia de altos militares -excepto par de tenientes- ni funcionarios civiles de la provincia. El segundo teniente de la FAD Ramón Castro Germán leyó un panegírico en el que destacó la trayectoria del hombre de armas.
Un desconsolado Fabio Nelson Herasme, hermano del capitán asesinado, recibió de manos de un sargento la Bandera Nacional, que cubría el sencillo féretro del capitán. “Reciba la Bandera a la que su pariente defendió y honró como el militar que fue”, dijo el suboficial.
Unas 300 personas se confundieron en dolor cuando los tres cuerpos fueron sepultados uno al lado del otro; ocho soldados de la FAD dispararon tres salvas de fusilería mientras el trompeta interpretaba el “taps”, esa melancólica y triste melodía que honra a los militares caídos.
Los pocos militares que asistieron de-saparecieron mucho antes de finalizar el sepelio. Cerca de las 6:00 de la nublada tarde de ayer, ya los cuerpos del capitán, su esposa y su hijo descansaban, mientras el llanto era un hondo clamor por justicia.
Se depura para saber si era agente de la Policía
En la casa de Gónzalez Quezada se ocupó un radio de comunicaciones, esposas, macanas, un cuchillo tipo bayoneta con su baqueta, una caja conteniendo 18 cápsulas, para pistola, una canana para pistola tipo piernera, un chamaco completo color gris, seis camisas color gris, dos pantalones color gris, tres gorras para policía y otros objetos propios de agentes de la uniformada, pero no se ha confirmado que el imputado fuera agente policial.
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