lunes, 23 de mayo de 2011

En Nueva York ya no se puede fumar ni en los parques ni en las playas .

AFP
Nueva York

Como tantos otros fumadores desprevenidos, David Harris da una pitada tranquilo a su cigarrillo sentado en un banco de Madison Square, sin saber que lo que está haciendo es ahora ilegal en Nueva York y puede costarle 50 dólares de multa.

Según una nueva legislación impulsada por el alcalde Michael Bloomberg y que entró en vigencia este lunes, 1.700 parques y plazas y 22,5 kilómetros de playas de Nueva York son zonas libres de cigarrillos.

Para advertir a los fumadores, se han colocado carteles en la entradas de esos lugares públicos, aunque muchos como David no los vieron.

"No lo sabía. Vi un montón de gente fumando. Es ridículo", afirma a la AFP este arquitecto de 40 años.

"Uno no puede fumar en un espacio cerrado, algo que tiene sentido. Pero no fumar en un lugar abierto no tiene sentido", protesta, antes de dar una última pitada y apagar su cigarrillo de un pisotón.

En Nueva York, está prohibido fumar en bar y restaurantes desde 2003. Antes, ya no era posible fumar en los lugares de trabajo.

Si algunos fumadores se rebelan, otros como Chen Michel, un empleado inmobiliario de 29 años, toman la decisión con más calma.

"Está bien. Es Nueva York. Voy a respetarlo, voy a tratar de acordarme que no está permitido", dice a la AFP este joven que no considera que haya una persecución contra los fumadores y que evita la tentación de prender un cigarrillo mientras se toma una pausa de trabajo en el parque.

Para sensibilizar a la opinión pública, el Departamento de Salud e Higiene Mental anunció esta semana el lanzamiento de una campaña educativa en la televisión, el metro y la prensa escrita.

Al frente de esta campaña anti-tabaco, el alcalde Bloomberg aseguró que a partir de este lunes "los espacios públicos serán no sólo más agradables, sino también más sanos, limpios y bellos".

"Todo sabemos que fumar es mortal, pero los fumadores pasivos plantean un grave peligro similar para la salud pública. Bajar el porcentaje de exposición de los neoyorquinos como fumadores pasivos es un paso importante para volver más sana a nuestra ciudad", agregó.

De su lado, el comisionado del Departamento de Salud de Nueva York, Thomas Farley, afirmó que "los parques libres de cigarrillo protegen a todos aquellos que los visitan de los riesgos del fumador pasivo" y permite que los chicos "pueden jugar sin tener una lección de cómo fumar".

El cigarrillo es responsable de un tercio de las muertes evitables en la Gran Manzana, según la alcaldía de Nueva York.

De todos modos, la tasa de fumadores en la ciudad bajó un 27% entre 2002 y 2009 y el número de decesos vinculados con el cigarrillo cayó 17% en la última década.

Al problema sanitario se suma el de la basura. Según cifras oficiales, los filtros de cigarrillo suman el 75% de la basura hallada en las playas y tardan más de 18 meses en descomponerse.

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