Ocho mujeres con atléticos atavíos se subieron al ring de la Pillow Fight World Cup y vistieron de gala al club Varsovia del barrio de Brooklyn.
New York fue la sede del Primer Campeonato Mundial de Guerra de Almohadas. Por fin la guerra de almohadas obtuvo el estatus deportivo que siempre mereció. La falta de reconocimiento internacional a esta disciplina casi tan vieja como la civilización misma quizá se deba a la ausencia de reglas claras que garanticen una contienda justa.
Ocho mujeres con atléticos atavíos se subieron al ring de la Pillow Fight World Cup y vistieron de gala al club Varsovia del barrio de Brooklyn.
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