ASUNCION (AP) — El destituido presidente paraguayo
Fernando Lugo cree que la OEA no lo repondrá en el cargo, tal como
ocurrió en 2009 con Manuel Zelaya en Honduras, según dijo el miércoles
en una entrevista con The Associated Press.
"Creo que el itinerario de Honduras se repetirá en Paraguay y con el tiempo espero que estos organismos internacionales pudiesen tener la madurez y el coraje como para decir que aquí hay una ruptura del proceso democrático y merece una sanción", señaló, mientras hablaba sin alterarse en la sede del socialista partido País Solidario, en donde lidera un movimiento denominado Paraguay Resiste.
El ex obispo católico de 61 años y enfermo de cáncer linfático fue destituido el viernes por el Senado en un cuestionado juicio político por mal desempeño en sus funciones. El hasta entonces vicepresidente, Federico Franco, concluirá el período de cinco años hasta agosto del 2013.
En Honduras, el presidente constitucional Manuel Zelaya gobernó desde 2006 hasta el 28 de junio de 2009, cuando un golpe de estado lo derrocó y expulsó a Costa Rica. Roberto Micheletti asumió el poder como mandatario de facto.
El país centroamericano fue suspendido como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) después de que Micheletti rechazó el ultimátum del organismo para que abandonara el mando y se restableciera el anterior gobierno.
Tras las elecciones presidenciales hondureñas del 29 de noviembre de 2009, la OEA no reconoció el gobierno de Porfirio Lobo, ganador de los comicios. La situación sólo se resolvió hasta mayo de 2011, cuando Lobo firmó en Cartagena, Colombia, un "acuerdo de reconciliación nacional" que supuso el reingreso de Honduras en la OEA y el regreso de Zelaya al país.
Más allá de las diferencias, Lugo se refirió el miércoles al caso de Honduras como un "laboratorio" de lo que ocurrió en Paraguay.
"Estoy de acuerdo en la misión de investigación y de análisis que la OEA hará para luego con serenidad tomar una determinación. Espero a la gente de la OEA para comprobar que aquí hubo un quiebre democrático mediante un golpe parlamentario", dijo Lugo.
El martes, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza anunció en Washington que planea visitar personalmente o enviar representantes a Paraguay para recabar información detallada de primera mano sobre la celeridad del juicio político que culminó con la destitución.
Algunos países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas mostraron una marcada resistencia a que la OEA adopte una posición antes de la cumbre presidencial del Mercosur y de la Unasur que se celebrará el viernes en la ciudad argentina de Mendoza.
"Estos procesos de hoy de integración regional no se pueden desconocer. Lo que dice Mercosur no se puede desconocer. Lo que diga mañana la reunión de Unasur no se puede desconocer. Por eso decía que muy prudentemente la OEA de alguna manera quiere escucharle a Mercosur, a Unasur, y seguramente después se sumarán a esas resoluciones regionales", manifestó Lugo.
Varios observadores apuntan que en años recientes la OEA ha perdido influencia en Sudamérica, en momentos en que varios mandatarios quieren impulsar a la Unasur como un foro para resolver las crisis de la región.
La misión de la OEA permitirá a Insulza presentar la semana próxima un informe sobre Paraguay ante el Consejo Permanente.
Lugo reafirmó en la entrevista con AP que no está de acuerdo con alguna sanción de carácter económico para el Paraguay "porque representaría (algo) perjudicial pero los organismos regionales como Mercosur y Unasur tendrán la libertad de lo que quieran, pero me reuní con pequeños productores, exportadores de mandioca (yuca), banana y piñas (ananas) y se mostraron preocupados por un eventual bloqueo".
Criticó a algunos medios de prensa de su país, sin dar nombres, porque supuestamente "están diciendo que aquí no ha pasado nada, que todo sigue normal. Sin embargo, se ha roto el proceso democrático". Agregó que el Senado "sin argumento de peso se ha sacado a un presidente electo por la voluntad popular en el 2008".
Finalmente, reiteró que "estoy viendo mi candidatura a algún cargo electivo porque como no tengo el rango de senador vitalicio, estoy habilitado pero por el Frente Guasú (coalición de izquierda), que no hará alianza con los partidos golpistas".
Explicó que de haber terminado su período presidencial, habría adquirido el estatus de senador vitalicio y eso le habría cerrado las puertas a participar en elecciones.
El ex clérigo estuvo en el poder tres años, 10 meses y siete días.
"Creo que el itinerario de Honduras se repetirá en Paraguay y con el tiempo espero que estos organismos internacionales pudiesen tener la madurez y el coraje como para decir que aquí hay una ruptura del proceso democrático y merece una sanción", señaló, mientras hablaba sin alterarse en la sede del socialista partido País Solidario, en donde lidera un movimiento denominado Paraguay Resiste.
El ex obispo católico de 61 años y enfermo de cáncer linfático fue destituido el viernes por el Senado en un cuestionado juicio político por mal desempeño en sus funciones. El hasta entonces vicepresidente, Federico Franco, concluirá el período de cinco años hasta agosto del 2013.
En Honduras, el presidente constitucional Manuel Zelaya gobernó desde 2006 hasta el 28 de junio de 2009, cuando un golpe de estado lo derrocó y expulsó a Costa Rica. Roberto Micheletti asumió el poder como mandatario de facto.
El país centroamericano fue suspendido como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) después de que Micheletti rechazó el ultimátum del organismo para que abandonara el mando y se restableciera el anterior gobierno.
Tras las elecciones presidenciales hondureñas del 29 de noviembre de 2009, la OEA no reconoció el gobierno de Porfirio Lobo, ganador de los comicios. La situación sólo se resolvió hasta mayo de 2011, cuando Lobo firmó en Cartagena, Colombia, un "acuerdo de reconciliación nacional" que supuso el reingreso de Honduras en la OEA y el regreso de Zelaya al país.
Más allá de las diferencias, Lugo se refirió el miércoles al caso de Honduras como un "laboratorio" de lo que ocurrió en Paraguay.
"Estoy de acuerdo en la misión de investigación y de análisis que la OEA hará para luego con serenidad tomar una determinación. Espero a la gente de la OEA para comprobar que aquí hubo un quiebre democrático mediante un golpe parlamentario", dijo Lugo.
El martes, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza anunció en Washington que planea visitar personalmente o enviar representantes a Paraguay para recabar información detallada de primera mano sobre la celeridad del juicio político que culminó con la destitución.
Algunos países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas mostraron una marcada resistencia a que la OEA adopte una posición antes de la cumbre presidencial del Mercosur y de la Unasur que se celebrará el viernes en la ciudad argentina de Mendoza.
"Estos procesos de hoy de integración regional no se pueden desconocer. Lo que dice Mercosur no se puede desconocer. Lo que diga mañana la reunión de Unasur no se puede desconocer. Por eso decía que muy prudentemente la OEA de alguna manera quiere escucharle a Mercosur, a Unasur, y seguramente después se sumarán a esas resoluciones regionales", manifestó Lugo.
Varios observadores apuntan que en años recientes la OEA ha perdido influencia en Sudamérica, en momentos en que varios mandatarios quieren impulsar a la Unasur como un foro para resolver las crisis de la región.
La misión de la OEA permitirá a Insulza presentar la semana próxima un informe sobre Paraguay ante el Consejo Permanente.
Lugo reafirmó en la entrevista con AP que no está de acuerdo con alguna sanción de carácter económico para el Paraguay "porque representaría (algo) perjudicial pero los organismos regionales como Mercosur y Unasur tendrán la libertad de lo que quieran, pero me reuní con pequeños productores, exportadores de mandioca (yuca), banana y piñas (ananas) y se mostraron preocupados por un eventual bloqueo".
Criticó a algunos medios de prensa de su país, sin dar nombres, porque supuestamente "están diciendo que aquí no ha pasado nada, que todo sigue normal. Sin embargo, se ha roto el proceso democrático". Agregó que el Senado "sin argumento de peso se ha sacado a un presidente electo por la voluntad popular en el 2008".
Finalmente, reiteró que "estoy viendo mi candidatura a algún cargo electivo porque como no tengo el rango de senador vitalicio, estoy habilitado pero por el Frente Guasú (coalición de izquierda), que no hará alianza con los partidos golpistas".
Explicó que de haber terminado su período presidencial, habría adquirido el estatus de senador vitalicio y eso le habría cerrado las puertas a participar en elecciones.
El ex clérigo estuvo en el poder tres años, 10 meses y siete días.
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