sábado, 25 de junio de 2011

Con los brazos del alma.


Cartagena,Colombia/EFE — Gabriel David Fernández nació sin brazos hace nueve años en Colombia por un desatino de la genética; hoy es un niño prodigio que supera en capacidades a sus compañeros de escuela, pinta, baila y juega al fútbol.

Se trata de uno de los pocos casos en el mundo de supervivencia entre los afectados por el denominado síndrome de Amelia, que conlleva la ausencia de extremidades y que en Colombia se presenta en alrededor de uno por cada 200.000 nacimientos.

El pediatra y neonatólogo Iader Rojas detalló a Efe que esta enfermedad surge cuando "por algún motivo no se forma el primordio en la etapa embrionaria", es decir, "la raíz donde se forman las extremidades".

"En la mayoría de los casos fallecen en el útero y si nacen mueren a corta edad", agregó el especialista, al explicar que estos enfermos no pueden usar prótesis porque, al no haberse formado el componente esquelético de la extremidad, "no hay soporte".

Gabriel es un superviviente de este mal genético, pero además un destacado estudiante en su escuela del humilde barrio Nelson Mandela de Cartagena de Indias, a donde llegó su familia tras ser desplazada por los grupos armados desde la región del Urabá antioqueño, en el noroeste de Colombia.

Fue precisamente la pobreza la que impidió a su madre, Ada Luz Ricardo, hacerse controles médicos durante el embarazo, y quien cuando lo alumbró dijo- "Este no es mi hijo", confesó a Efe.

Pero Ada siguió adelante y hoy ve al pequeño Gabriel como uno de los estudiantes más brillantes del barrio, donde juega al fútbol, salta a la cuerda, pinta, corre y baila el trompo con singular destreza.

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