lunes, 18 de abril de 2011

Tricotilomanía manía de comer cabello.


Escrito por: LILY LUCIANO (hoy.com.do)

Comerse las uñas o la carne muerta sobrante de los dedos son manías detestables para la mayoría de los mortales, a pesar de lo cual las acabamos asumiendo como hábitos más o menos comprensibles en nuestra sociedad.

Pero… ¿qué me dice de comerse el cabello? ¿Qué palabra le viene a la mente? ¿Repugnante? ¿Retorcido? ¿Desagradable? Aunque resulte difícil de creer, es una enfermedad que padecen muchas personas en la actualidad.

A este comportamiento se le conoce como tricotilomanía, un vocablo que proviene del griego trichós (cabello) y manía (impulso).

Se trata de una enfermedad nerviosa y obsesiva que no se puede evitar, consiste en halar del cabello hasta conseguir arrancárselo uno por uno o a matojos, y acto seguido ingerirlo como si se tratara de un alimento más. Esto genera un grave problema de acumulación de pelo en el estómago que en la mayoría de casos termina en los quirófanos y además produce alopecia.

¿Cuál puede ser el germen? Es decir, ¿en qué momento, y fruto de qué, una persona comienza a sufrir esta extraña patología? Según explica el psiquiatra César Mella, “se considera que el 1% de la población puede sufrirlo. Se ha dicho que los dermatólogos reciben de 3 a 7 casos anuales de este quebranto. Si avanza la compulsión el paciente puede perder una cantidad apreciable de cabello”.

El inicio de este trastorno se da sobre todo durante la infancia y la adolescencia. Los inicios tempranos ocurren entre los 3 y 6 años y suelen derivarse de un acontecimiento estresante, como la muerte de uno de los padres, problemas familiares e incluso el cambio de residencia y de colegio, entre otros.

Puede afectar también a personas que siempre han tenido cierta presión por parte de padres y profesores, a las que se les ha exigido más de lo que podían dar.

Zonas del cuerpo son afectadas. El cuero cabelludo es la zona predilecta, aunque puede ser las pestañas, el pubis, las cejas, las axilas y el tórax. “Minutos antes de halarse el pelo existe un momento de tensión que es seguido por una sensación de alivio o de gratificación”, explica el psiquiatra César Mella.

Por la forma en que se manifiesta, se le considera como un trastorno obsesivo compulsivo, nos dice el especialista. Esto, porque el proceso de arrancado se vuelve ritualista. “La persona comienza tocándose el pelo, elige el que siente más grueso, lo arranca, lo observa y algunas veces se come la raíz; en otras ocasiones, lo rompe en trozos más pequeños y los acumula, los enrolla y más tarde los tira fuera por miedo a que la vean y la regañen. Las personas que sufren este trastorno a menudo niegan que se arranquen el cabello.

Tratamiento. El doctor Mella sugiere que hay que hacer un tratamiento combinado entre dermatólogo y psiquiatra.

El uso de ansiolíticos y antidepresivos no se descarta; también es necesaria la consejería de tipo cognitivo conductual y la prescripción de fortalecedores del pelo y otras técnicas dermatológicas son de gran ayuda en muchas ocasiones.

Como en todos los padecimientos, la detección temprana sigue siendo la mejor forma de prevención, ya que se le puede dar un tratamiento precoz y evitar que el trastorno avance.

“La disminución del estrés en el ambiente podría ayudar, debido a que éste puede incrementar el comportamiento compulsivo”.

Quienes sufren de esta enfermedad tienden a ocultarlo por varios factores y “la mayoría de los pacientes ocultan su mal con pelucas y sombreros” advierte Mella.

Las frases

Doctor César Mella

La mayoría de las personas que tienen este problema piensan que son las únicas que lo sufren y esto les suele generar problemas de autoestima e inseguridad”.

Zoom

Síntomas

1. Jalar, tirar o retorcer constantemente el cabello.

2. Aumento de la tensión antes de jalarse el cabello.

3. Sensación de alivio, placer o gratificación después de arrancarse el cabello.

4. Se presentan zonas descubiertas en la cabeza o pérdida del cabello difusa.

5. El cabello que vuelve a crecer en áreas descubiertas se siente como cerdas (más duro).

6. Se pueden presentar otros comportamientos de autoagresión.

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