Aminta Elena Granera Sacasa, una antigua monja que abandonó el convento en 1969 para convertirse en guerrillera sandinista, fue la figura central de la recién concluida reunión de Jefes/Jefas y Directores de Policías de Centroamérica, México y El Caribe, realizada en el hotel Hamaca, de Boca Chica.
Esta elegante nicaragüense, de suave pero de firme hablar, que parece ser una maestra vegana, fue quien dio las órdenes y manejó la agenda en la reunión que congregó a más de 30 hombres entre ellos 13 jefes y directores de Policías del área.
Con el pelo corto y lentes recetados, esta dama supo capitanear a este contingente de hombres, la mayoría generales acostumbrados a dar órdenes y a ser obedecidos por su condición de “comandante”.
La jefa de la Policía Nacional de Nicaragua y primera comisionada de Policía de su país, condujo la reunión con tanta profesionalidad que en ningún momento hubo asomo de feminismo ni de discriminación frente a “los jefes” que participaron en la misma.
Acostumbrada a manejar miles de personas Aminta planteó las posiciones de su país en lo relativo a la globalización del crimen, el narcotráfico y los crímenes conexos con esa actividad.
También habló de la necesidad de profesionalizar cada vez más a los hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de resguardar el orden y la paz en los países de la región, y de la necesidad de tecnificar cada vez más los cuerpos policiales.
Esta señora que hace 40 años colgó los hábitos y tomó un fusil para enfrentar la dictadura de Anastasio Somoza (Tachito), hoy propugna por una mayor inversión en las fuerzas públicas para la preservación de la paz ciudadana.
Entiende que los cuerpos de Policías no son un coto cerrado para hombres y por eso invirtió los números de géneros en la Policía de Nicaragua llevando la presencia de las mujeres a un 30 por ciento.
Cuando llegó al cargo en el 2006 las mujeres sólo representaban el 9 por ciento pero hoy ocupan un tercio de los cargos de la Policía de su país.
Aminta Elena Granera Sacasa es un ejemplo de que las mujeres pueden desempeñar los mismos cargos que los hombres, sin importar el tipo de labor de que se trate.
Es una mujer muy ambiciosa, dejó los hábitos, para apoyar a los sandinista, tanto, que les dio información sobre su tío el Dr.Granera de la ciudad de León Nicaragua un médico quien fue su benefactor y los sandinistas lo asaltaron y lo asesinaron allá por 1978.
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