Por Roberto Valenzuela La administración de Julio César Ventura Bayonet al frente de la Marina de Guerra funcionó sobre la base del desorden administrativo, irregularidades en el uso de los fondos y sin respetar las reglas de administración.
La aseveración está contenida en una auditoría realizada por la Cámara de Cuentas, desde el primero de enero al 31 de diciembre de 2008.
Según el informe del organismo de supervisión, la jefatura de Bayonet no tenía control de ninguna naturaleza, operando sin un sistema de rendición de cuentas, sin monitoreo, fiscalización y supervisión de las operaciones financieras y presupuestarias.
Asimismo, dice que cometió “errores” e “irregularidades”, porque aunque tenía todas las herramientas para implementar y mantener un sistema de control interno, “este era totalmente deficiente e inoperante”.
El informe de la auditoría sostiene que durante el período de Ventura Bayonet la Marina de Guerra no utilizaba recibos de ingresos y que el intendente general de esta entidad, capitán de navío Rafael Sarante, ordenaba hacer los reportes diarios de ingresos sin soportes, con copias de cheques y volantes, que regularmente llevaban su nombre y un oficio.
Esas operaciones, agrega, “afectan la razonabilidad, credibilidad, confiabilidad y manejo de los ingresos”.
También en la investigación se determinó que existen diferencias entre los reportes diarios de caja y los depósitos físicos.
“Comprobamos que estas diferencias se originaron por la fata de recibos de ingresos y comprobantes que soporten los reportes”, agrega.
La auditoría también asegura que las conciliaciones bancarias no eran preparadas a tiempo oportuno, “afectando la razonabilidad de la disponibilidad bancaria”. “Las que preparan no son confiables, carecen de documentación, como las notas de débitos, notas de créditos, solicitudes de transferencias de efectivo, no son revisadas ni selladas por las autoridades”.
Un plan de sectores afectados
Consultado al respecto, Julio César Ventura Bayonet aseguró que se trata de un plan perverso para hacerle daño, el cual, según dijo, es orquestado por sectores a los que afectó cuando estuvo en la Dirección Nacional de Control de Drogas y en la Marina de Guerra. Sostiene que lo que realizó la CC fue una auditoría de rutina para hacer recomendaciones.
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