miércoles, 7 de julio de 2010

Sicariato muestra su gran poder de fuego en Santiago .

Ricardo Santana | Jorge Toribio
Santiago

El sicariato demostró ayer poder de fuego al resistir un allanamiento en un barrio de esta ciudad, donde resultaron heridos un fiscal, tres miembros de la Policía, y muertos dos de los hombres buscados, a primeras horas de la mañana.

La Policía Nacional afirmó que los dos hombres que resultaron muertos tras recibir a tiros a las autoridades del ministerio público y de esa institución en un allanamiento en el sector Villa Magisterial de Santiago, estaban vinculados a hechos de sicariatos, delitos cibernéticos, robos, homicidios y otros hechos delictivos graves.

Resultaron heridos el fiscal adjunto José Aníbal Trejo, el primer teniente Frauly Paulino de los Santos, el segundo teniente Gregorio Peña Mejía y el sargento William Pimentel.

Mientras que los dos hombres que resultaron muertos en el allanamiento fueron identificados como Sandy Enmanuel Grullón Villamán y Rubén Francisco Fernández Núñez. A estos hombres se les atribuye la ejecución de dos jóvenes en La Vega, cuyos cadáveres fueron encontrados la noche del lunes en el interior de una yipeta en la carretera de Guaco, de ese municipio.

Jefe Policía
El jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, se presentó tras el hecho a Santiago, donde advirtió que esa institución está en “guerra frontal” contra el crimen organizado y el narcotráfico. Dijo que la uniformada no retrocederá ni un milímetro en cumplir con su misión de proteger a la sociedad de los delincuentes. “Esto no es un juego de niños, estamos enfrentando a delincuentes peligrosos, pues uno de los muertos del incidente de la Villa Magisterial, de acuerdo a las investigaciones preliminares, estaba en Colombia la semana pasada, sostuvo el jefe de la Policía.

Subrayó que los agentes policiales y el fiscal adjunto heridos, estaban actuando con la autoridad legal competente cuando fueron atacados a tiros. El jefe policial informó que en la escena del hecho se encontraron 80 casquillos de bala de gran potencial, los cuales fueron disparados con fusiles M-16 y pistolas de alto calibre, durante el enfrentamiento con las autoridades policiales y del ministerio público.

Dijo que en la residencia allanada ocuparon un fusil M-16, dos pistolas marca Glock calibre nueve milímetros con cargadores de 30 cápsulas cada una y otros pertrechos militares.

Caso de La Vega
La Policía informó que sus investigadores pudieron determinar que Ramón Eduardo Sánchez Almonte, de 17 años de edad, y Junior Ramón Jiménez Pichardo, de 21, los dos jóvenes encontrados muertos con impactos de bala en Guaco de La Vega y Grullón Villamán y Fernández Núñez estaban juntos la noche del lunes. No obstante, explicó que aparentemente tuvieron problemas por asuntos de negocio ilícito, por lo que junto a otros tres que huyeron del allanamiento habrían decido matarlos y dejar sus cuerpos abandonados en la carretera de Guaco.

Sostuvo que la Policía de La Vega tenía orden de arresto de los dos hombres que murieron en la balacera en Santiago, mientras la fiscalía de Dajabón estaba detrás de Sardy Enmanuel Grullón Villamán, por asuntos que no especificó.

Asimismo, explicó que la Policía ocupó en el apartamento 2 del edificio 28 de la Villa Magisterial, donde se produciría la requisa 50 tarjetas de crédito en “blanco”, dos verifone para clonar tarjetas y cometer fraudes en los cajeros automáticos.

El médico legista, Felipe Susana, determinó que ambos cuerpos presentaban heridas múltiples de balas, en el interior de una yipeta marca Mitsubishi Sport, color rojo vino, placa G-146507.

Según los policías científicos, en el interior del vehículo se encontraron seis casquillos de pistola calibre 9mms, cuatro proyectiles, la puerta lateral derecha abierta, lo que permite sospechar que él o los ejecutores andaban con las dos personas asesinadas.

En cuanto a Junior Ramón Jiménez Pichardo, informaron que éste tenía 15 días que había llegado al país de Colombia y que se dedicaba a la venta y distribución de estupefacientes.

El vehículo al ser depurado figura a nombre de Ramón Sánchez, padre del menor.

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