Santiago/Por Miguel Ponce /Elcaribe.com. Bajo el lema “Paz, no más violencia”, los internos de la penitenciaría de Rafey, muchos de ellos responsables de crímenes o condenados por asuntos de drogas o robos, marcharon ayer por las calles de Santiago junto a las autoridades carcelarias.
Previo a una misa en la iglesia San José, los reos junto a la procuradora de la Corte de Apelación, Vielka Calderón, caminaron bajo estricta custodia desde la parroquia, subieron por la avenida Hermanas Mirabal y las Carreras hasta concluir con una ofrenda floral que depositaron, en su día, en la efigie del Patrón Santiago en la entrada de la ciudad.
Las actividades forman parte de la celebración del quinto aniversario de la aplicación del modelo penitenciario en Rafey. Calderón dijo que la marcha era realizada por la paz y la seguridad para recuperar al Santiago de antes, por donde se pueda caminar en tranquilidad.
“Lo que queremos es que los internos sean hombres de bien y trabajar para poder lograr que la seguridad ciudadana retorne”, apuntó.
Aprovechó para solicitar la construcción de una nueva cárcel que acoja a presos con condenas definitivas, debido a que en la actualidad, carecen de un penal para este tipo de las personas, debido a que cada vez son más los que delinquen.
“Nosotros aquí en Santiago la necesitamos, porque ya no tenemos más capacidad y eso obliga a que tengamos que enviarlos a Moca y otros centros y se nos hace difícil trasladarla por los altos costos que representa”, apuntó.
Errores del pasado y la paz del presente
Varios de los internos que participaron en la marcha manifestaron arrepentimiento por los errores del pasado. Leoncio Rodríguez es uno de ellos. Fue condenado por homicidio y reconoce su error.
Dice que hoy más que nunca se necesita de paz para reivindicar la sociedad.
“El hecho de que hayamos cometido un error no quiere decir que no nos podamos reivindicar, por eso hablamos de paz para los que están adentro y los de afuera”, indica Rodríguez al ser entrevistado por El Caribe.
Adolfo Serrata, encargado de la Penitenciaria de Rafey, habló de los logros obtenidos con el nuevo modelo, con el que, asegura, se pudieron reducir a su mínima expresión los hechos de violencia que se producían anteriormente en este y otros centros.
Rafey, para reivindicarse
El nuevo modelo penitenciario se empezó a aplicar en el centro de Rafaey hace cinco años. Desde entonces, a los internos se les enseñan oficios para que, una vez hayan cumplido su condena, puedan tener una carrera técnica y dedicarse a una labor honesta. Cuando apelan la setencia, los jueces los evalúan.
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