domingo, 9 de mayo de 2010

Chinchilla asumió el Poder entre perros, bueyes y gritos ..


San José, (EFE).- La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, asumió el poder en un ambiente festivo y popular con perros, bueyes y gritos mezclados con la solemnidad de un evento al que acudieron presidentes, alguno demorado y otros portando gafas de sol, para subir a una tarima que deparó extrañas coincidencias. Miles de personas, desde niños hasta ancianos y discapacitados, asistieron al Parque Metropolitano La Sabana, bajo un radiante sol y una alta temperatura, que obligó a sacar las gorras, todas blancas, y sombrillas con los colores blanco, azul y rojo; los de la bandera de Costa Rica.

Los mandatarios e invitados especiales fueron llegando uno a uno acompañados de aplausos y gritos de apoyo por parte de las miles de personas, con excepción del nicaragüense Daniel Ortega, quien llegó con retraso y ya iniciada la actividad, lo que le hizo merecedor de una lluvia de chiflidos y abucheos del público.

Más feliz fue el recibimiento al príncipe Felipe de Borbón, a quien le sobraron los aplausos y hasta los piropos de las mujeres costarricenses.

Otra que estuvo presente fue la elegante princesa Nora de Liechtenstein, mientras el gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, llegó con gafas oscuras, con chaqueta y la típica camisa indígena que porta en actos oficiales prescindiendo, al igual que Ortega, de la corbata.

Hubo imágenes curiosas como la de un palco compartido por el presidente hondureño, Porfirio Lobo, y Correa, quien esta semana anunció en nombre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que varios de los países de la región no asistirían a la Cumbre de América Latina y el Caribe con la Unión Europea, en Madrid los 17 y 18 de mayo, si lo hacía el gobernante centroamericano.

Correa charló, sin embargo, de forma animada con su homólogo colombiano, Álvaro Uribe.

Más extraña aún fue la presencia del presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, en las proximidades del mandatario de Nicaragua, país que reconoce como naciones independientes a las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.

El presidente saliente, Óscar Arias, caminó al menos un cuarto de hora por una suerte de pasarela con alfombra roja en la que miles de escolares lo saludaron y en la que al mejor estilo de una estrella de cine apuntaba con su dedo índice hacia puntos indefinidos del público.

Un tibio "¡Óscar, Óscar, Óscar!" acompañó los aplausos y los gritos de los niños, mientras Arias disfrutaba el momento con una enorme sonrisa.

Los primeros besos de la jornada aparecieron cuando Chinchilla desfiló por la alfombra roja evidentemente feliz, ataviada de blanco, con los pulgares arriba y dándose constantes palmadas a su pecho, en señal de cariño similar a las celebraciones futbolísticas.

Y es que hasta el fútbol entró en escena, pues el delantero costarricense Bryan Ruiz, goleador del Twente, flamante campeón de Holanda, fue asignado como el abanderado de la ceremonia.

En un receso a mitad de ceremonia que sorprendió a más de uno, el arzobispo de San José, Hugo Barrantes, dio un mensaje religioso y rezó el Padre Nuestro, mientras un par de ciclistas llegaban, con toda la indumentaria deportiva, al lugar para disfrutar del evento.

Carmen Rodríguez, una secretaria de mediana edad, comentó a Efe que aprovechó su día libre y el buen sol para sacar a pasear a su perro y de paso asistir a la jornada en la que por primera vez en la historia del país una mujer asume el poder.

"Espero que a Doña Laura le salgan las cosas bien y que pueda sacar adelante el país", dijo Rodríguez, a quien lo que más le preocupa es la inseguridad y la contaminación.

Tras el mensaje del prelado, irrumpieron las actividades culturales y una fila de carretas tiradas por bueyes guiados por un campesino, que recrearon la forma en que los costarricenses llevaban el café hasta los puertos para las primeras exportaciones a Europa.

Esta tradición conocida como "el boyeo y la carreta" fue declarada en 2005 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Al presidente del Congreso, Luis Gerardo Villanueva, la lluvia amenazó con aguarle su discurso, pero el sol reapareció cuando Chinchilla dijo sus primeras palabras como presidenta.

Al final del evento un joven gritaba "¡No a la violencia!" grabándose a sí mismo con la cámara de su teléfono móvil y un escenario histórico como telón de fondo.

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