Mexico, D.F./Corresponsal de La Opinión/Gardenia Mendoza Aguilar —En menos de cinco minutos una descarga de balazos y una granada de fragmentación hizo trisas a tres familias de la región serrana del estado de Durango: mataron a sus hijos de entre ocho y 21 años cuando iban a cobrar una beca otorgada a estudiantes pobres, pero brillantes, que rebasan el ocho de promedio en escala de 10.
Eran los hermanos Erika, Margarita, Iván y Yolanda Ortega Rueda , de 11, 13, 17 y 19 años respectivamente.
Juana Francisca Sarabia Mancinas, de 15 años; Yesenia Sarabia Mancinas, de 8 años; Pedro, de 21 y Lázaro, de 19, de apellidos Carrera Leyva. Carlos Ramírez Leyva, de 15, y Sergio González Leyva, de 16.
El gobierno mexicano culpó a un falso retén de narcotraficantes que ronda la región ubicada a unos 400 kilómetros de Durango, la capital del estado norteño, y descartó que fueran militares; más bien, prometió intensificar el combate contra el crimen organizado con miras a hacer justicia al “cobarde” asesinato que tuvo lugar en el municipio de Pueblo Nuevo.
“Si ustedes creen que eventos como los del fin de semana, donde criminales laceran cobardemente a niños y jóvenes inermes, si frente a esos hechos el Estado Mexicano se va a echar para atrás, se equivocan”, dijo ayer el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
La información de las autoridades señala que eran poco después de las dos de la tarde del domingo, cuando las víctimas, que viajaban con rumbo a la comunidad de Los Naranjos para cobrar el dinero de un programa educativo del gobierno federal se negaron a detenerse frente a hombres armados que les indicaban el alto.
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