Bogotá/Corresponsal EDLP — Tras cuatro días en que Bogotá estuvo sumida en un caos vehicular y de movilidad, el sector transportador puso fin al cese de actividades que sacó de circulación a 16,400 buses y colectivos.
Un acuerdo entre la Asociación de Pequeños Transportadores, que reúnen a más del 90 por ciento de los transportistas, y la Alcaldía Mayor, permitió poner fin al paro, que no sólo afecto a millones de bogotanos, sino que golpeó al comercio, por una reducción del 60 por ciento de las ventas.
Los transportadores cedieron en sus pretensiones de exigir mayor participación económica en el nuevo Sistema Integrado de Transporte Público, mientras que las autoridades de la ciudad se comprometieron a pagar mejor por los buses que salgan de circulación por antigüedad. Termina así cuatro días de grandes congestiones de tráfico, dado que se levantó la restricción de movilidad para los particulares; buses de Transmilenio a reventar, ciudadanos montados en toda clase de transporte y millones de bogotanos desesperados hicieron parte de la cotidianidad.
El miércoles el alcalde Samuel Moreno había endurecido su posición y tomo medidas urgentes para lograr la movilidad de casi siete millones de bogotanos.
Convocar a los transportadores de municipios aledaños, autorizar la prestación del servicio colectivo por parte de los taxis, cancelar las clases en los colegios para que los buses escolares sean destinados al transporte público y habilitar el tren turístico para movilizar pasajeros fueron unas de las medidas.
“Esto ha sido muy bueno y además bonito, porque es una cosa tradicional”, aseguró María Alarcón, quien cruzó la ciudad en el tren, cuyos administradores se quejaron porque muchos lo tomaron para pasear.
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