En esos términos se pronunció la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, quien abogó porque esa estrategia trace de manera nítida las tareas y quién las asume, con el objetivo de evitar que las responsabilidades se diluyan.
Junto a la imprescindible coordinación, ese plan debe constar de una clara división de tareas, además de rendirnos cuenta mutua y periódicamente de los compromisos económicos alcanzados, tanto países donantes como organismos multilaterales y resto de agentes implicados, insistió.
La funcionaria sugirió que cada nación se ocupe de uno o dos sectores, en aras de que no se dispersen las responsabilidades en la reconstrucción de la empobrecida Haití, azotada hace un mes por un potente terremoto con saldo de más de 200 mil muertos.
No todos tenemos que hacer de todo, ahí es donde se diluyen los compromisos, remarcó Rodríguez, luego de apoyar la idea de crear un fondo común que gestione y canalice las aportaciones bajo el paraguas de Naciones Unidas.
Indicó que lo más acuciante en estos momentos es dar cobija, ante la llegada de las lluvias, a un millón de personas que perdieron sus viviendas.
Las carpas y tiendas de campaña son insuficientes y se necesitan estructuras más estables, señaló.
Ese tema estará en el epicentro de una reunión informal que los ministros europeos de Desarrollo efectuarán la próxima semana en la provincia de Segovia.
Los titulares de la Unión Europea, cuya presidencia de turno ostenta España este semestre, trabajarán en la definición de los lugares donde ubicar los nuevos realojamientos, en la seguridad alimentaria y la sanidad.
Definirán, además, la posición que el bloque comunitario llevará a la conferencia internacional de abril venidero en la sede de la ONU en Nueva York.
Según datos oficiales, la nación ibérica se encuentra entre los cuatro primeros donantes de Haití y es el país latinoamericano que más ayuda española recibe.
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